Netflix es una plataforma a la que le debemos muchísimo. No hay duda de que, gracias a su sistema, el VOD ha pasado a ser el estándar y la piratería se ha echado a un lado en pos de las plataformas de streaming. Gracias a Netflix, HBO Max, Disney Plus o Amazon Prime Video existen, y ha sido la revolución digital que necesitaba el audiovisual en el siglo XXI.
Sin embargo, la plataforma lleva un tiempo dando palos de ciego. Este último año ha protagonizado una de las mayores polémicas del sector al prohibir, en casi todo el mundo, compartir cuentas como se venía haciendo hasta ahora. Esto ha propiciado millones de bajas de usuarios, y por supuesto una gran pérdida de prestigio.
Pero este es solo el último de sus problemas. Desde que estaba en lo más alto, a la plataforma se le ha achacado su falta de piedad a la hora de cancelar series. Ocurrió con Sense8 y desde entonces no han parado de incrementarse las víctimas, siendo cada vez más las que caen ante las fauces de su supuesta audiencia.
Es por ello que sorprende, cuanto menos, la manía que está teniendo Netflix en seguir apostando por adaptaciones de animes en acción real. Está claro que el anime ha sido uno de los grandes secretos de la plataforma para triunfar, y hasta cuenta con todas las películas de Studio Ghibli. Pero, ya desde los inicios, Netflix creyó que no solo tenía que traer las mejores series y películas de animación japonesa a la plataforma, sino que también tenía que adaptar las mejores en forma de acción real. Y, bueno, así sigue la cosa… y no parece darse cuenta de que casi nunca sale bien.
Adaptar anime… ¿una buena idea?
Como ya evidenciamos en nuestro Top 10 de peores adaptaciones de anime a acción real, lo más habitual es que un remake en acción real de una serie de esta guisa salga mal. Son muy pocos los casos en los que nos encontramos con una adaptación aceptable, y por más que se esfuercen siempre queda por debajo del anime original.
Esto es algo de lo que, sin embargo, ya debería haberse dado cuenta Netflix. En 2017, hace ya un lustro, la plataforma estrenó Death Note, su adaptación propia de uno de los animes más queridos por todos. La idea parecía magnífica: se trata de una historia sobria y con la fantasía justa para llevar a cabo un gran thriller.
Pero, spoiler, salió mal. La película adaptó tantísimo el anime que lo mejor que tenía, sus personajes, no se parecían en nada a la realidad. La trama era muchísimo más tonta y adolescente que la original, y aunque el CGI tampoco estaba demasiado mal, todo parecía de cartón, sin un tono serio detrás ni un director a bordo que supiera lo que estaba haciendo.
Los palos que le llovieron a Netflix en ese momento fueron tales que Death Note apenas recibió un 36% de críticas positivas en Rotten Tomatoes, y un 23% por parte del público. Es la adaptación de anime que más cerca está a Dragonball Evolution en lo que a notas se refiere. Y eso que tiene muchísima competencia.
Pero Netflix creyó que no pasaba nada, y que tan solo había sido un traspié que podía compensar más adelante. Y vaya que si lo intentó. Durante dos años no dejó de emitir noticias sobre la esperadísima adaptación de Cowboy Bebop, el anime de Shinichiro Watanabe que tenía todos los ingredientes para revivir en forma de una gran serie de la plataforma.
Y, de nuevo, el desastre. La serie —porque sí, al menos en esta ocasión se dieron cuenta de que tenía que ser una serie— pecaba de lo contrario que de Death Note. En esta ocasión quisieron replicar casi plano a plano al anime original de Watanabe, pero todo estaba pasado por el filtro de la fotografía sobria de Netflix, por la dirección de arte plana y por actuaciones que se quedaban lejos de ser las del anime. Así que apenas trascendió como una copia que, evidentemente, no tenía el atractivo de la original. El resultado fue que la cancelaron a la semana.
Sin embargo, Netflix sigue en su empeño por seguir adelante con producciones. La última de ellas ha sido Los Caballeros del Zodiaco, que se estrena en breves en la plataforma. Si bien antes ha salido en cines, en apenas una semana ya llega a Netflix, y la plataforma ha aportado para que pueda ser una realidad. El resultado, de nuevo, no parece ser muy bueno para el servicio de VOD. La crítica ha vapuleado por completo a la adaptación de Saint Seiya, y a eso se suma el propio remake reciente de Netflix que ya llegó en su momento con la polémica bajo el brazo.
La única buena ocasión en la que a Netflix le ha salido bien adaptar un manga ha sido con Alice in Borderland. La serie se ha convertido en una de las más vistas de la plataforma, y cuenta con una legión de fans en todo el mundo. Su calidad tampoco está nada mal, y aunque bebe directamente del manga se separa lo suficiente como para aportar su buena dosis de oro audiovisual.
Las claves de Alice in Borderland son dos: que se trata de un manga bastante desconocido por el gran público —además de no ser tan fantástico como otros— y de que es una producción japonesa. Y es que los japoneses han hecho las peores adaptaciones de anime de la historia, pero saben con qué tratan, y en ocasiones salen joyas como esta.
Por desgracia, el camino que parece seguir Netflix no es tanto el de Alice in Borderland como el de Saint Seiya o Cowboy Bebop. La próxima gran serie que estrenará, de la que mantiene casi todo en secreto pero para la que se está gastando una millonada y pretende que sea una de las referencias del sector, es One Piece… y no me imagino un manga más difícil de adaptar.
La serie de Eiichiro Oda fue la más vista de todo 2022, y es un manga tan largo que lleva décadas triunfando sin bajar de los primeros puestos. No es de extrañar: su mezcla de ambientación pirata con un estilo único que mezcla acción y humor es inmejorable. Y eso en formato anime o manga funciona de manera brutal.
Pero… ¿cómo saldrá una adaptación en acción real de lo mismo? Por lo que parece, el secretismo que lleva Netflix no augura nada bueno. Todos parecen indicar un fracaso en cualquier momento… pero la plataforma no se puede permitir fallar. Al igual que HBO Max ha demostrado con The Last of Us que se pueden adaptar bien los videojuegos, algo que tampoco teníamos nada claro, Netflix quiere demostrarlo con el manganime. Pero, de momento, su camino es bastante empedrado.
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