Hace unos días, nos hacíamos eco de una publicación de WIRED en la que se recogía una propuesta de España para acabar con el cifrado de extremo a extremo. La supuesta propuesta de nuestro país atendía a una iniciativa de varios estados de la Unión Europea con la que se busca una forma de “espiar” en las redes que cuenten con este cifrado con el fin de prevenir la propagación de pornografía infantil.
De entre todas las propuestas que recoge el supuesto documento filtrado, lanzadas por una veintena de países de la Unión Europea, la postura de España era la más radical, mostrando la voluntad de prohibir a las empresas establecer el cifrado de extremo a extremo en sus apps. Algo que algunos expertos consideraron como “desproporcionado”, así como “ineficaz para lograr el objetivo de proteger a los niños”.
Para aclarar esta situación, la web Maldita.es, que lucha por combatir la desinformación en medios y redes sociales, se puso en contacto con el Ministerio del Interior español, encabezado por Fernando Grande-Marlaska. La respuesta que recibió el medio por parte del ministerio fue que la información sobre la intención de prohibir el cifrado de extremo a extremo no proviene de ellos. El Ministerio del Interior también insiste en que su postura es que “no se puede intervenir una comunicación, esté cifrada o no, sin orden judicial”.
Si bien se aclara la postura real de España ante esta situación, el ministerio no deja clara su propuesta de cara a esta iniciativa europea. El dilema que plantean las redes cifradas de extremo a extremo (como las que utilizan WhatsApp, Telegram o Messenger) es que, al ser privadas al 100% (incluso para las propias compañías), estas también pueden utilizarse para compartir contenidos ilegales, como pornografía infantil o contenido terrorista.
Según el supuesto documento filtrado, otros países propusieron medidas que implicaban la posibilidad de instalar puertas traseras o algún sistema que permitiese una intervención con una orden judicial, pero esto acabaría por completo con la privacidad de las redes cifradas de extremo a extremo y tendría unas implicaciones morales muy negativas para la ciudadanía.
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