Los sentidos son ese mecanismo de percepción que nos ayudan diariamente a detectar la realidad que nos rodea. Gracias a ellos podemos no sólo ser conscientes del escenario en el que nos encontramos, sino también, cuando sea necesario, enfrentarnos a él.
Todos los sentidos tienen una gran importancia para nosotros, y aunque la mayor parte de nuestras percepciones diarias vienen dadas por la vista, el tacto también nos ayuda a distinguir en gran medida el entorno que nos rodea. De hecho, es la vía principal de percepción del mundo para aquellas personas que sufren problemas visuales graves.
Hasta el momento la mayoría de iniciativas robóticas se centraban en un recurso para la visión, pero ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Berkley se han decantado por potenciar también el sentido del tacto.
Lo han hecho a través de la creación de una mano robótica que es capaz de reconocer objetos. Este proyecto se llama ‘framework’ y promete mejorar la percepción robótica basada en el tacto.
Según los propios investigadores, para desarrollarlo crearon una IA capaz de vincular un conjunto de ‘observaciones físicas’ con objetos concretos. Una tarea de investigación que supone una alta complejidad, ya que la percepción tiene mucho también de la imaginación que aporta el ser humano.
Cuando los humanos tocamos un objeto, aún sin verlo, somos capaces de comenzar a imaginar en nuestra mente cómo sería, con detalles que incluso podrían llegar al tamaño, color y/o forma concreta. Sin embargo, este proceso en el mundo de la robótica aún resulta una tarea complicada, si bien el aprendizaje de las redes neuronales puede empezar a simular esa cualidad, como ya ha ocurrido en el mundo del arte.
Tanto la inteligencia artificial como la robótica evolucionan cada día dando grandes pasos que nos llevan a situarnos en las escenas de las películas más futuristas. Aún así, aún queda un largo camino por recorrer ya que llegar a ‘fabricar’ de 0 un ‘casi humano’ requiere el desarrollo de las tecnologías más avanzadas, algunas que quizás todavía no están ni inventadas.
Quizás en unos años seamos capaces de convivir con robots que sean capaces de sentir hasta el más pequeño aleteo de una mariposa, pero de momento, nos quedamos con el desarrollo de un nuevo brazo que promete reconocer objetos con sólo tocarlos.
