Los cambios en las adaptaciones están a la orden del día. Diferentes medios requieren diferentes necesidades narrativas, por lo cual ninguna adaptación totalmente fiel funcionaría tan bien como los fans acérrimos creen que lo haría. Eso es algo que hemos podido ver ante la idea de que en la tercera temporada de Los Bridgerton, donde un cambio sobre el orden en que se nos presentará el encuentro del amor por parte de los hermanos de la familia ha levantado las iras de una parte del fandom. Porque donde en los libros primero se nos presentaba el romance en Benedict Bridgerton y la persona con la que acabará teniendo una relación, en esta temporada ha buscado centrarse en el romance entre Colin Bridgerton y Penélope Featherington, que no ocurriría hasta un libro posterior.
A defender los cambios de la serie ha salido la persona que menos se esperaba esa parte del fandom: Julia Quinn, autora original de la serie de novelas. La escritora, que también sirve como consultora de la serie, ha dicho que esto es lógico. ¿Por qué? Porque mientras que los espectadores ya conocíamos a Penélope, aún no conocemos al interés romántico de Benedict, por lo cual hubiera resultado forzado introducirla y automáticamente ponerla en la órbita de sus intereses. Es por eso que han decidido ir con Colin antes que con Benedict: porque, para los acontecimientos de la serie, se sentirá más natural de este modo.
En cualquier caso, este no es el primer ni el más dramático de los cambios que se ha hecho en la serie con respecto de los libros. La reina Charlotte, un personaje muy prominente en la serie, no aparece en ninguna parte en los libros. Incluso si ahora tiene su propia serie. La representación en términos de diversidad de la serie es extraordinaria, con muchísimos personajes de color completamente integrados en la serie, además de otros cambios significativos de esta tercera temporada, como quién es la escritora anónima de los cotilleos del pueblo.
Por eso, aunque es lógico que cause impacto, tenemos que entender que es algo normal. Adaptar una obra requiere cambios, ajustes, pequeños retoques. Ninguna obra funcionaría trasladándola tal cual de un medio a otro, sin tener en cuenta cuál es su público objetivo. Por eso Los Bridgerton siguen funcionando tan bien. Porque han entendido esto a la perfección.
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