Con la llegada de los videojuegos, ya supimos lo que era enfrentarse a una máquina y lo que pueden llegar a ‘enganchar’ este tipo de batallas. Ahora, estamos cada vez más cerca de enfrentarnos a unas máquinas más y más inteligentes. Hablamos de los robots.
Google ha desarrollado un robot que es capaz de agarrar y tirar objetos con una precisión mayor a la de un humano. Todo un rival para los fanáticos de los dardos.
El robot aprende por sí solo a realizar este tipo de tareas gracias al machine learning. La máquina recibe el nombre de TossingBot y ha sido desarrollado conjuntamente por Google y las universidades de Princeton y Columbia y el Instituto Tecnológico de Massachussets.
Entre todos han podido hacer funcionar esta tecnología gracias a una red neuronal que mapea la información recogida por unas cámaras. Gracias a esas cámaras, el robot puede comprobar dónde se encuentran los objetos y también dónde caen tras lanzarlos.
Con los datos que va recogiendo cada vez que realiza una acción, el dispositivo va aprendiendo por sí solo y desarrollando una asombrosa capacidad de autosuperación.
Esta tecnología es posible gracias a la combinación de las leyes de la física con el machine learning, una mezcla que da la capacidad a TossingBot de adaptarse a nuevos escenarios.
La física es la encargada de proporcionar los conocimiento de cómo funciona el mundo en el que se mueveel robot. En el caso concreto de lanzar objetos, los ingenieros se han basado nada más y nada menos que en casos de balística. Así el robot será capaz de realizar una estimación de la velocidad, peso y forma del objeto que vaya a lanzar.
Los objetos elegidos por los ingenieros para realizar las primeras pruebas de TossingBot fueron tan variados como pelotas de ping pong o plátanos de plástico que el robot trataba de agarrar y lanzaba a diferentes recipientes.
Después de catorce horas de entrenamiento y 10.000 lanzamientos, el robot desarrollado por Google consiguió precisar su lanzamiento en un asombroso 85%. Que se preparen los aficionados a los dardos, porque parece que en unos años tendrán un fuerte rival.
