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¿Google, Apple o Microsoft? Lo mejor y lo peor del fanatismo informático

¿Google, Apple o Microsoft? Lo mejor y lo peor del fanatismo informático
Pier Francesco Piccolomini

Pier Francesco Piccolomini

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Antes de decidir confiar nuestra vida a una única compañía, resulta ideal considerar sus virtudes y sus defectos. Hagamos el análisis juntos.

Los paquetes «todo incluido» se han convertido en el estándar en el mercado de servicios de Internet. Las compañías más importantes están creando ecosistemas que relacionan hardware, software y servicios, los cuales satisfacen todas las necesidades de los usuarios y cada vez se extienden más, incluso en ambientes inéditos hasta el momento, tales como casas, electrodomésticos y coches.

Los principales protagonistas de esta tendencia son GoogleAppleMicrosoft. Cada uno de ellos ha creado un universo de servicios que abarcan todos los ámbitos de la vida y de donde no es necesario salir en ningún sentido, ¡incluso tienen huevos de pascua! Todo funciona en armonía, como en un mecanismo bien aceitado.

Sin embargo, este escenario tiene ventajas y desventajas. Antes de confiar toda nuestra vida digital a una sólo
compañía, es mejor conocer las consecuencias y las posibles contraindicaciones que pueden surgir en un futuro no tan lejano, tal como la revista digital The Verge ha analizado en este artículo.

Pero comencemos por las indiscutibles ventajas que nos brindan.

Tengo todo y funciona todo

Un ecosistema puede definirse como un conjunto de aplicaciones y servicios íntimamente conectados entre sí, que ofrecen todas las herramientas necesarias para satisfacer las necesidades digitales de los usuarios.

Google, por ejemplo, cuenta con un sistema operativo para smartphones (Android), otro para ordenadores (Chrome OS), además de toda una serie de servicios que abarcan el correo electrónico, el almacenamiento en línea, una red social y blogs, así como aplicaciones de ofimática, gestión de fotos, chat y mapas… La lista es casi infinita.

A través del mismo nombre de usuario accedes a todos los servicios, los cuales están íntimamente conectados entre sí. Puedes publicar en Google+ el resultado de una búsqueda de Google Maps con dos clics, o pulsar un botón y leer noticias sobre un lugar que acabas de encontrar a través del motor de búsqueda.

Ilustración de Alex Griendling publicada en la página oficial de Google+

Por supuesto, un punto clave de los ecosistemas es la sincronización. Por ejemplo, si agregas un contacto a la agenda del PC, también aparecerá en la agenda de tu teléfono; o si tomas una foto con tu smartphone, también podrás
verla en el PC unos segundos después.

En conclusión, un ecosistema te hace la vida más fácil gracias a los servicios que, de forma más o menos automática, relacionan los componentes de tu vida tecnológica,
facilitando su funcionamiento y su conectividad.

Prisionero en tu propia casa

Otro punto de vista para juzgar un ecosistema es menos idílico: puede tratarse de una jaula de oro.

Estos universos multicolores que hemos llamado «ecosistemas» extienden la alfombra roja para recibirte y convencerte de ser uno de sus ciudadanos, facilitándote el traslado desde tu viejo y aburrido país digital hasta su fantástico reino de 64 bits y millones de colores.

¿Pero si decides volver atrás? Esta vez usaremos como ejemplo el ecosistema de Apple. Los servicios de sincronización entre dispositivos y de copia de seguridad automática que ofrece iCloud son muy útiles y fáciles de usar, prácticamente no tienes que hacer ningún esfuerzo.

Sin embargo, si decides abandonar la compañía de Cupertino y pasar de iPhone a Android o de Mac a PC o Linux, llevarte toda tu información digital no es simple. ¿Puedes transferir de una plataforma a otra los datos guardados en tus copias de seguridad? ¿Y tus fotos de Photo Streaming? ¿Es posible mover a Google Drive los documentos de iWork guardados en iCloud?

Las respuestas a estas preguntas son «ni» o «no», es decir: Puede hacerse, aunque el proceso resulta complicado e impreciso, o bien es simple y llanamente imposible. Esto se debe a que, por su propia naturaleza, ningún ecosistema quiere perder a sus usuarios, por lo que buscan todas las maneras de desalentar a los desertores.Mac and ball small

Un pequeño ejemplo: transferir tus SMS y contactos de iPhone al Android no es un proceso excesivamente complejo, pero sí es suficiente como para desanimar a un usuario novato.

Lo mismo vale para Photo Stream de Apple: teóricamente, después de pasar de iPhone a Android existe una forma de continuar utilizando el servicio de sincronización de fotos, pero no es simple. Explicaremos esta forma en un artículo que será publicado en un par de semanas.

La moraleja de la fábula: si te abandonas totalmente en los brazos de un ecosistema, cambiar de idea más tarde podría generarte algunos dolores de cabeza.

Lo esencial es (casi) invisible a los ojos

En general, los usuarios no son plenamente conscientes de todos los mecanismos que regulan un ecosistema. Los servicios gratuitos, de hecho, tienen un precio especial. A menudo este se encuentra en las condiciones de uso de
los servicios, documentos largos, aburridos y no del todo comprensibles, pero llenos de información fundamental.

A pesar de las recurrentes discusiones sobre la intromisión de las compañías en la privacidad de las personas, la mayor parte de los usuarios disfruta de los servicios gratuitos sin hacer demasiadas preguntas. Pero, como dice el dicho, «cuando algo es gratis, el producto eres tú». En realidad, los bienes más buscados en esta fase de la
historia digital de occidente son los datos de los usuarios.

No siempre es fácil, al utilizar un servicio inocente como, por ejemplo, Google Maps, ser consciente todo lo que sabe de ti la compañía que te brinda el servicio. Aquí es
justamente donde entra en juego el ecosistema.

Si Google puede ver (porque tú se los permites) que tu agenda tiene los números telefónicos de cuatro restaurantes árabes; si también determina a través de tus publicaciones, del GPS y del servicio de mapas (todo lo cual te brinda
gratuitamente) que pasas todas las noche en un lugar determinado que probablemente sea tu casa; le será muy fácil «vender» tu correo electrónico (otro servicio gratuito) a una cadena de restaurantes de comida siria. Esta sabe cuán probable es que su correo publicitario surta efecto, garantizando su inversión con una relación coste/beneficio extremadamente favorable. Además de que Google recibe una bonita suma gracias a ti.

Este es un ejemplo insignificante, pero te permite hacerte una idea de cómo funcionan los mecanismos del sistema. Conocerlo te ayudará a ser más consciente de lo que implica utilizar ciertos servicios, de forma que puedas decidir con más libertad evaluando atentamente las ventajas y desventajas

Elegir conscientemente

Debemos ser claros: confiar totalmente en un ecosistema es una de las opciones.  También existen servicios que no están incluidos entre los anteriores y que son más universales, por lo que no presentan los problemas potenciales que hemos mencionado.

Si quieres subir automáticamente a la nube las fotos que tomas con tu móvil, en lugar de utilizar iCloud o Google Drive, podrías usar Dropbox. Es multiplataforma, por lo que si decides «cambiar de bando», no será necesario ningún tipo de migración.

Este tipo de opciones pueden implicar en ciertos casos, aunque no siempre, un mínimo de esfuerzo extra, porque uno de los puntos clave de los ecosistemas es la automatización, la cual nos ha acostumbrado a ser muy perezosos. Pero hacerlo podría valer la pena.

Lo más importante es elegir a conciencia, como si estuvieras eligiendo una compañía para asegurar tu auto, o una casa para vivir con tu familia.

Si quieres saber más sobre los grandes ecosistemas de Internet, mira nuestra infografía.

Artículo original de Softonic IT. Adaptado del italiano.

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