¿Recuerdas cómo era Twitter antes de la llegada de Elon Musk? Usuarios con el check azul que sí eran relevantes, un sistema de moderación que evitaba (dentro de lo posible) la propagación de comentarios tóxicos, multitud de cuentas útiles que hacían uso de la API gratuita de Twitter y un funcionamiento de la web/app generalmente correcto.
Y esto a nivel usuario. A nivel empresa, Twitter era una compañía que tenía problemas para monetizar su red social y que se enfrentaba a una deuda millonaria, pero que, incluso con sus problemas, funcionaba bien de forma interna y sus empleados estaban contentos.
Todo eso acabó a finales de octubre de 2022, cuando Musk compró Twitter y quiso reconstruir la compañía a su gusto. Despidos masivos, recortes por doquier, altas exigencias a los trabajadores, explotación laboral (hasta el punto de que, al principio, muchos tuvieron que quedarse a dormir en las oficinas para hacer todo el trabajo que se les había mandado) y… más despidos.
Si a esta situación le sumamos los casos de explotación laboral de trabajadores de Tesla, podemos hacernos una idea clara de lo que realmente significan los trabajadores para Musk. Pero la cosa va a más, y es que, según se ha podido conocer gracias a una entrevista que concedió esta semana a la CNBC, el heredero de las minas de esmeraldas afirma estar muy en contra del trabajo a distancia.
El trabajo a distancia o trabajo remoto ha sido una de las señas de identidad de los duros tiempos pandémicos y del actual mundo pos-COVID, donde muchos trabajadores han tenido que realizar sus labores desde casa, ya fuese por restricciones o como medida de prevención de contagios.
Pero esta medida ya estandarizada en muchas empresas, y que muchos trabajadores a día de hoy agradecen debido a que sus labores pueden llevarse a cabo sin ningún problema desde sus hogares (ahorrándoles así tiempo y dinero solo en desplazamiento), parece no gustar mucho a Musk: “Creo firmemente que la gente tiene que ser más productiva cuando está en persona”, dijo.
Como todo buen “empresaurio”, Musk se suma al carro de aquellos jefes que creen que en el momento en que no controlan a sus empleados, estos se “aprovechan” y trabajan menos. Una paranoia que deja clara la incapacidad de este tipo de personas para confiar en los profesionales que realmente llevan adelante sus empresas y cuya empatía brilla cual Sol por su ausencia.
Antes de la pandemia, Tesla tenía una política más abierta con el trabajo remoto, pero tras esta, Musk se mostró completamente en contra de la medida, así como de otras que servían para prevenir los contagios (como el uso de mascarillas) en un momento en el que Estados Unidos tenía una tasa de mortalidad por COVID altísima.
Musk se mostró tan estricto respecto a este asunto que incluso advirtió a los trabajadores de la compañía de vehículos eléctricos de que perderían sus trabajos si se negaban a volver a la oficina a trabajar, cuando se liberaron las restricciones gubernamentales al respecto. Los trabajadores tenían que pasarse 40 horas a la semana en la oficina, aunque su trabajo se pudiese hacer sin problemas desde un PC y sin la necesidad de estar en persona.
Una vez Musk adquirió Twitter, aplicó exactamente la misma política. Todo ello mientas ponía de patitas en la calle a más de tres cuartas partes de la plantilla (casi nada).
Además, en la propia entrevista acabó manteniendo un tono muy altivo y prepotente con el propio entrevistador, David Faber, cuando este hizo alusión a la política del trabajo a distancia: “Bájate del maldito caballo moral con la mierda del trabajo desde casa“, dijo Musk, “porque están pidiendo a todos los demás que no trabajen desde casa mientras ellos lo hacen”.
La simpleza mental de este crío con cuerpo de adulto quedó aún más patente cuando argumentó que, puesto que hay trabajos que no pueden hacerse desde casa (como los repartidores de comida), nadie debería trabajar desde casa (la clásica “justicia por lo bajo” de los neoliberales), y dijo que el trabajo remoto era un “desastre” y “una cuestión moral”.
Y es que, si hay algo peor que un cretino es un cretino con poder.
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