Si tienes una edad y te canturreamos “A todos cogeré sin excepción”, seguro que no puedes evitar seguir con “Hazte con todos los Pokémon“. Pero, aunque te sorprenda, el Pokérap, esa canción que listaba las 151 criaturas de la primera generación, no incluyó a todas… Ni fue la única canción que se hizo basada en el anime. Bienvenidos a un viaje inolvidable: el de ese Pokémon que nació y murió, para nunca más ser rescatado, en el musical americano basado en el anime japonés basado en el videojuego de Game Boy. Hay mucho que procesar aquí.
Hazte con todos
22 de septiembre del 2000: las dos Torres Gemelas estaban aún mirando a una Nueva York que acababa de entrar en el nuevo milenio infectada por una moda que muchos creyeron pasajera: la de Pokémon. En esta absoluta Pokemanía loca de los 90, Michael Slade, un guionista de obras infantiles y culebrones que no tenía ni la menor idea de quién o qué era Pikachu, vio cómo se estrenaba Pokémon Live!, un musical de hora y media absolutamente lisérgico que acabaría por estrenarse en el Radio City Music Hall… Y que se anunciaba como el único sitio donde ver a un nuevo Pokémon. Era cierto. De aquella manera.

El musical, y no puedo subrayar esto lo suficiente, fue oficial, aunque la trama sea la cosa más loca que hayáis escuchado: Giovanni, el jefe del Team Rocket, reta a todos los entrenadores a vencerle a cambio de ganar la nueva medalla Diamante. Pero su objetivo no es luchar, sino que el nuevo Pokémon que ha creado, capaz de copiar cualquier movimiento, se convierta en alguien imparable. Su nombre, MechaMew2.
Si no os suena, es perfectamente lógico: la criatura jamás salió del escenario para meterse en ningún tipo de producto Nintendo. La cosa es que a MechaMew2 solo le quedan dos movimientos que aprender: Rayo e Impactrueno, que, por lo visto, solo conoce el Pikachu de Ash. El caso es que el entrenador de Pueblo Paleta pierde y está a punto de morir por un Hiperrayo de MechaMew2, pero Mewtwo aparece de la nada y le salva con un campo de fuerza, mostrando, ya de paso, los recuerdos felices de Ash al bicho. El final no os lo esperáis.
Pues me muero
Después de aprender lo que es el amor, MechaMew2 aprende a hablar, se autodestruye enfrente de Giovanni y Ash, que no oculta su atracción por Misty (y viceversa: suya es la canción “Quiero decirte lo que siento, y decirte que te quiero”), le regala la medalla Diamante. ¿Cómo os quedáis? The Pokémon Company no quiso saber nada una vez estrenado el musical y tan solo lanzó una carta con su cara dentro del LCG… y de forma no oficial.
Los muy fans de Pokémon ven sus teorías más o menos recompensadas durante estos 90 minutos, donde se descubre que la madre de Ash tuvo una relación con Giovanni cuando ambos eran adolescentes, aunque no sea su padre. O sí. Quién sabe. La teoría sigue en el aire. El musical, que podéis encontrar a bajísima calidad en YouTube, mezclaba canciones de los dos discos de la franquicia con tonadillas originales, y fueron cantadas por personas… que no estaban bien.

Andrew Rannells (Girls, The prom) interpretó a James, del Team Rocket, en la gira por provincias, y más de una vez ha afirmado que se arrepiente cada día de su vida, llegando a afirmar que preferiría haber hecho snuff o porno. Por su parte, Michael Slade, el guionista, contó que solo tuvo seis meses para escribir el guion mientras asistía a reuniones larguísimas donde se discutía desde la altura de Pikachu hasta lo que podía hacer (o no) en la trama.
Por lo visto, nadie le paró a tiempo cuando dijo “Eh, tengo una idea: ¿Qué os parece el nombre MechaMew2?”. Hazte con todos. Menos uno.