Hubo un tiempo aciago en el que para estar al día con nuestras series y películas no era tan fácil como poner Netflix o HBO Max y dar a un botón: la piratería formaba parte intrínseca de todo internauta durante los años 2000. De hecho, lo más probable es que aún tengas DVDs y CDs repletos de cosas bajadas que no te dará tiempo a ver jamás. Pero todo llega a su fin, y esta pasada semana se puso el último clavo en el ataúd de una de las páginas más necesarias de Internet. RARBG ha muerto, viva RARBG.
La Biblioteca de Alejandría audiovisual
Es muy fácil resumir una página de Torrents como RARBG en una frase: “Un sitio para piratear”. Sí, es lo que era. Y sí, quizá tarde o temprano hubiera sufrido el varapalo de la industria que hizo naufragar a The Pirate Bay, entre tantas otras. Pero era mucho más: se trataba del único lugar donde conseguir muchas series o películas que de ninguna de las maneras acabarían editadas en DVD, mucho menos subidas a cualquiera de los streamings que se nos puedan ocurrir. Quince años de subidas multitudinarias son muchos años.
Puede que estás pensando “Bueno, ¿y a quién le importa si se pierden cien películas húngaras de los años 40, si no tienen ningún valor para el público general?”. Vivimos en un mundo en el que cada descubrimiento de una película muda que se creía destruida es un acontecimiento: ¿Realmente crees que no pasa nada por dejar que cientos de ellas se evaporen en el aire ante la impasividad de una industria que no está dispuesta a darles un trato justo? RARBG servía también como biblioteca enciclopédica de películas y series perdidas, el último bastión para encontrar algunas joyas que de otra manera, en un mundo que premia la rapidez y la novedad, quedarían sepultadas por un buen puñado de mediocridades audiovisuales. En 4K, eso sí.
Pero pongamos que a ti todo lo que sea de antes de 2010 ya te da una pereza supina y tienes todos los servicios de streaming posibles. Pues, pese a todo, la noticia de su desaparición es una desgracia. Porque si algo hemos aprendido en los últimos años es que las plataformas de streaming son de todo menos fiables: cuando una serie desaparezca de HBO Max o Disney+ como tantas lo han hecho, ¿qué pasa con ellas? Y sobre todo, ¿acaso sus creadores no tienen derecho a que pueda verse?
Series como ‘Minx’, ‘Genera+ion’, ‘Infinity train’ o ‘Westworld’ fueron borradas de la plataforma de Warner sin ningún tipo de ceremonia, dejando sin posibilidad de verlas a ningún cliente, por mucho que pague. ¡Incluso servicios de streaming como Quibi dejaron en el limbo todas sus series al morir! Puede que estemos más o menos de acuerdo desde el punto de vista ético (yo tengo mis remilgos al respecto), pero si el formato físico se reduce al mínimo posible y las empresas de streaming no respetan ni su contenido propio, solo RARBG, la Gran Biblioteca de Alejandría audiovisual, era la solución, una vía más allá de la legalidad para corregir los errores de las grandes empresas y que, de alguna manera, les salpicase un poquito menos. Con el tiempo veremos su pérdida como lo que es: una absoluta desgracia.
