Estamos a solo dos meses de la salida de Diablo IV y el hype está creciendo en los gamers… Sobre todo porque cada vez es más probable que salga de lanzamiento en el Game Pass de Xbox One y Xbox Series S y X. Pero antes de relamerte y empezar a escoger tu clase y de preparar tu estrategia contra Lilith, ten en cuenta que no está claro del todo. Y el problema no es de Xbox ni de Activision Blizzard, que lo están deseando, sino de que cada país tiene que aprobar la adquisición de forma individual.
Nihon ga saisho ni yatta!
El 7 de octubre de 2022 Brasil fue el primer país relevante en la industria que aprobó la adquisición de Activision Blizzard, que convertiría a Microsoft en la tercera empresa de videojuegos más grande del mundo. De todas maneras, fue una victoria algo pírrica: ya se sabía que no iba a ser cosar y cantar. De hecho, Jim Ryan, presidente de Sony, viajó a distintos países para explicar que el movimiento sería injusto para los jugadores de PlayStation.
Sin embargo, no le ha salido del todo bien, porque ahora es Japón la que, tras Serbia, Chile y Arabia Saudí, ha dado el visto bueno al gasto de 69.000 millones de dólares para adquirir Call of Duty, World of Warcraft y la saga Diablo, entre muchas otras. La Federación de Comercio Justo nipona ha concluido que la consolidación del acuerdo no restringiría de manera notable la competición en la industria.
También es cierto que allí Xbox supone un porcentaje ridículo del mercado, así que en todo caso allí incentivaría un poco más la competitividad. Sin embargo, el órgano más importante sigue siendo el de Estados Unidos, cuyas leyes son diferentes a las de Japón pero sorprendentemente son bastante parecidas a las japonesas en este ámbito. La Comisión de Comercio ya demandó a Microsoft tratando de parar el acuerdo con Activision Blizzard, pero todo parece indicar que quedará en agua de borrajas, dando más poder todavía al “Sí”.
De hecho, los analistas creen que a mediados de 2023 podrían tener vía libre. Y entonces habrá nacido un nuevo gigante de los videojuegos. ¿Cómo reaccionarán en Sony? ¿Le importará lo más mínimo a Nintendo? Lo sabremos en unos próximos años que se prometen apasionantes. Con o sin Call of Duty en Xbox.
