Teléfonos móviles, tablets, PCs, consolas, televisiones, pulseras de actividad… La cantidad de gadgets que tenemos en el mercado es casi inabarcable. Es bastante probable que tengas todos los comentados en la primera línea, y también es posible que alguno se te haya roto en determinada ocasión. En este caso, la pregunta que nos hacemos es sencilla: ¿cuándo merece la pena reparar un gadget y cuándo no? Te lo contamos.
La edad, lo primero
Lo más importante a la hora de reparar o no un gadget es la edad. Simple. Si tu teléfono móvil tiene cinco o seis años, por ejemplo, mucho te está ya durando. En otras palabras, es momento de cambiarlo por uno nuevo.
Con ese tiempo transcurrido, lo más normal es que te esté fallando la batería, la cámara, la capacidad de almacenamiento esté menguando por mucho que borres archivos y aplicaciones y un largo etcétera. Por tanto, no te asustes si ves que debes cambiar de smartphone tras tanto tiempo.
La batería
La gran mayoría de elementos electrónicos actuales hacen uso de la batería. Si decimos esto es por la sencilla razón de que cada batería tiene diferentes ciclos de carga. Tu batería puede haber sufrido muchas cargas y descargas, pero el equipo en sí sigue estando nuevo (esto suele ocurrir mucho con los portátiles).
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Leer másCada batería posee un número de cargas recomendadas. Una vez se sobrepasan esos guarismos, las baterías pueden dar errores. En este tipo de casos, nuestro consejo es que compres una nueva, que viene a ser algo así como reparar el equipo.
La pantalla
Aquí viene una de las grandes problemáticas de todo gadget: la pantalla. Si el teléfono móvil es de gama baja y se te ha roto la pantalla, nosotros pagaríamos un poco más por tener uno nuevo. Ahora bien, si es un modelo de gama alta, cambia la pantalla cuanto antes, como es lógico.
Una pantalla nueva no suele llegar a 100 euros con la mano de obra incluida. Como decimos, en teléfonos móviles, consolas portátiles, tablets, etc., esto es un ahorro considerable en los modelos que son más caros.
El sistema operativo cuenta
Si ves que tu móvil empieza a dar problemas y no tiene visos de que la marca vaya a darle más soporte a nivel de actualizaciones, nuestra recomendación es que lo dejas en el cajón y no lo repares. Cuando pasa un cierto tiempo, los fabricantes paran de dar soporte a todos sus terminales, lo que acarrea problemas muy serios a nivel de seguridad.
Además, a esto se le suma que muchos equipos se empiezan a quedar anticuados a nivel de especificaciones tecnológicas, lo que impide que aplicaciones, programas, funciones, etc., se desarrollen de manera adecuada. El paso del tiempo no perdona a nadie.