Los sensores corporales se llevan años utilizándose para facilitar a los enfermos la monitorización de las constantes. Sin embargo, estos han sido siempre muy voluminosos, difíciles de llevar y molestos.
Ahora, Kyung-In Jang, profesor de ingeniería robótica del Instituto de Ciencia y Tecnología Daegu Gyeongbuk de Corea del Sur, y John A. Rogers, de la Universidad Northwestern, han creado un dispositivo que facilita esta monitorización pero haciéndolo de una forma cómoda para el enfermo. Se trata de un gadget de silicona que contiene 50 componentes conectados gracias a una red de 250 pequeñas bobinas de alambre.
Así se transmiten datos sobre la respiración, el movimiento y la actividad eléctrica en el corazón, los músculos, los ojos y el cerebro. Debido a la flexibilidad de la silicona y de los propios cables, el dispositivo es capaz de adaptarse a multitud de posiciones, haciendo que sea más llevadero.
Gracias al big data y las tecnologías de Inteligencia Artificial (IA), los biosensores han conseguido desarrollarse hasta convertirse en sistemas médicos completos que monitoricen las constantes vitales de los pacientes de una forma cómoda para ellos mismos.
Además, al existir la posibilidad de realizar esta monitorización a través de aparatos electrónicos como los móviles, es más fácil crear ecosistemas seguros en los que los enfermos estén permanente conectados y controlados. Y este nuevo dispositivo presentado por Kyung-In Jang y John A. Rogers, es la prueba perfecta de ello.
