Cara Delevingne es una de las estrellas jóvenes más prolíficas que han surgido en los últimos años. Más allá de su impecable carrera como modelo, ganando como Modelo del Año en los Premios de la Moda británica en 2012 y 2014, no ha dejado de hacer cine. Ha participado en Escuadrón Suicida, Anna Karenina, Solo Asesinatos en el Edificio y es la protagonista de una de las series más importantes de Amazon Prime Video: Carnival Row.
Sin embargo, su vida de presiones, fama, poder, dinero y estatus no le está sentando demasiado bien. Hace unos meses salieron fotografías muy preocupantes de ella a través de las redes en las que se la veía drogada en el festival Burning Man, que se celebra en el desierto de Nevada (EEUU).
Ahora, la actriz y modelo ha dado un paso adelante y, en una entrevista para Vogue, se ha sincerado sobre sus adicciones y malos hábitos que le han llevado a una compleja espiral depresiva de la que está intentando salir.
Una depresión que ha derivado en drogadicción
Nacida el 12 de agosto de 1992 en Londres, Inglaterra, Cara Delevingne comenzó su carrera como modelo a los 16 años y rápidamente se convirtió en una de las más solicitadas de la industria. Su carrera en la moda le abrió las puertas de la actuación, donde comenzó a destacar en papeles en eplículas como Ciudades de Papel o Escuadrón Suicida.
Pronto su nombre pasó por encima de sí misma, y comenzó a participar en todo tipo de cosas dentro de la industria del entretenimiento, también como cantante y diseñadora de moda. Su estilo único, su personalidad extrovertida y su defensa de la comunidad LGTBIQ+ le abrieron nuevos caminos. Pero la salud mental comenzó a afectarle pronto, según explica en la serie documental The Cara Delevingne Story.
La presión que le generaba la carrera, sumado al bullying que sufrió en la adolescencia y a su necesidad de superar las expectativas, provocaron pronto que cayera en una espiral de depresión y ansiedad de la que ha hablado sin complejos durante años. Pero, tal y como explica en Vogue, esta situación ha empeorado aún más en los últimos años.
La pandemia le afectó terriblemente, al suponer un parón sin precedentes en su profesión. Pasó de 100 a 0 en un instante, y eso le hizo pensar demasiado sobre todo lo que le rodea. Y a eso se sumó, el pasado año, la crisis de los 30. En una profesión como la suya, cuenta, la presión es tal que con tan solo tres décadas ya se te considera vieja, y comenzó a plantearse si pronto comenzaría su declive.
Su familia y amigos son sus principales apoyos
Estos motivos llevaron a la actriz de Carnival Row a jugar más que nunca con las drogas, entrando en una espiral de destrucción que llegó a su culmen el verano pasado, cuando salieron a la luz sus fotos en el Burning Man.
@bycamilisima Burning Man: la fiesta paraíso donde andaba Cara Delevingne 🚀 #caradelevingne #burningman #parati ♬ sonido original – Camilisima
Al ver las publicaciones, Delevingne entró en depresión y se encerró varios días en su casa, a sabiendas de que necesitaba ayuda cuanto antes. Así explica la actriz su relación con las drogas:
“Hay un elemento de invencibilidad cuando estoy drogada. Me pongo en peligro en esos momentos porque no me importa mi vida. Estaba cubierta de moratones inexplicables. Escalaría cualquier cosa, saltaría y eso… Me sentía totalmente feral. Da mucho miedo, sobre todo por la gente a tu alrededor que te quiere”.
No obstante, si de algo no puede quejarse la actriz es de estar sola. Tal y como relata en la entrevista, son muchas las personas que están a su lado y que le están ayudando a salir de ese pozo. Tanto su madre como sus hermanas, Chloe y Poppy Delevingne, son sus mayores apoyos. Pero también hay mucha gente del gremio que le está tendiendo la mano, como sus amigas Margot Robbie, Phoebe Waller-Bridge o Sienna Miller.
“Mis amigos han sido mi apoyo. Acudieron y me dijeron: ‘Te mereces una oportunidad de ser feliz‘”, explica la actriz. Además, cuenta que ya ha pasado por algún proceso de desintoxicación de drogas en el pasado, pero que hasta ahora no se ha visto preparada mentalmente para afrontarlo como debe. Finalmente, deja una lección para las personas que estén pasando por procesos como el suyo, que no son pocas:
“Cada historia es importante, y esta es la mía. Todos somos humanos. Por supuesto que caemos y cometemos errores. Andamos por cosas muy duras en la vida, pero es la manera en la que nos levantamos como podemos aprender y sanar. Los malos tiempos no son definitivos. Las circunstancias difíciles nos tienen que retener o definirnos. Hay esperanza, siempre esperanza“.
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