Far Cry 3 tenía una demo totalmente nueva en este E3. Duraba poco pero era intensa y ya se puede confirmar que este juego será uno de los mayores pelotazos del año. El nivel jugado parece que tendrá lugar en una sección bastante avanzada del juego porque salían unos nuevos personajes tribales que no había visto hasta este momento. La deducción más lógica es que en algún momento de la aventura el protagonista Jason se alía con estos indígenas de la isla para luchar contra Vaas.
La demo comienza con una escena bastante sexual, en la que una guapa indígena en topless te incita a ser fuerte, un auténtico guerrero. Recién tatuado en el brazo, impartes el típico discurso de valor y te lanzas al mar para atacar la base de Vaas. Primero nadas un poco y luego emerges asesinando a uno de los vigilantes para adentrarte en la jungla y posteriormente en la zona enemiga.
Desde el primer momento Far Cry 3 se controla exactamente igual a los anteriores. Apenas hay cambios en botones o forma de moverte, lo que es bueno para los habituales de la saga. Gráficamente está muy trabajado pero esperaba algo más. Si tengo que comparar está un poco por encima de lo visto en Far Cry 2, pero no mucho. Lo que sí es agradable es volver a la jungla: es como regresar a casa que conoces perfectamente. Sabes dónde está todo. En Far Cry 3 pasa lo mismo.
La IA me pareció bastante más trabajada. Los enemigos se ocultan bien y tienen buena puntería. Atacar de frente no es la mejor de las ideas porque ellos son buenos y son considerablemente numerosos. Sin ir más lejos, la base tenía una buena cantidad de enemigos a los que tenía que apuntar casi con precisión quirúrgica.
Llegado al edificio central aparece Vaas con una sorpresa: una puñalada en el estómago. Como todo se ve en primera persona la escena impresiona bastante. Caes en un sueño, a medio camino entre la vida y la muerte. Un sueño surrealista en el que avanzaba pisando pantallas de televisión analógica mientras Vaas aparecía a los lados en diferentes escenas (teóricamente de momentos pasados del juego).
Finalmente llegué al final del camino en el que Vaas insiste con su discurso grandilocuente. Está realmente loco. Coge tu pistola y se apunta él mismo al pecho instigándote a que le dispares. Finalmente lo haces, pero justo en ese momento Vaas se transforma en uno de los amigos de Jason y termina la demo.
La mejor conclusión que me viene a la cabeza es que en Far Cry 3 la locura afectará a todos los personajes que desfilen por el juego, incluso a ti mismo. Esto le dará a la historia un punto impredecible muy deseado en un momento en el que el género FPS cae en la monotonía. Falta poco para que llegue la demencia de Far Cry 3 y hasta los más cuerdos estarán de acuerdo en que tiene una pinta genial.
