Si te encantó Warband y llevas años esperando al siguiente Mount & Blade, entra inmediatamente en el Acceso Anticipado de Mount & Blade II: Bannerlord. Como todo juego en esta etapa de desarrollo, está incompleto, tiene bugs y funciones a mejorar, pero tiene todos los elementos para que te lo pases en grande durante días y días.
Un buen ejemplo de la grandeza de Bannerlord como sandbox medieval es el hecho de que he vivido decenas de aventuras únicas, inesperadas y épicas pese a que ahora mismo tiene pocas misiones y todas muy repetitivas. El motivo de que mi viaje haya sido único viene dado por el resto de elementos que entran en juego: las traiciones, los bandidos, el politiqueo, las guerras de clanes, mis fracasos como mercenario… Hay tanta libertad ya disponible que hace días que sudo de las misiones reglamentarias.
Bannerlord es en todos los sentidos una mejora grandiosa con respecto a Warband. Por ejemplo, la jugabilidad se ha hecho más asequible e intuitiva, las interfaces y el mapa son más fáciles de navegar. Las aldeas parecen sacadas ahora de Skyrim o de Kingdom Come. Dan ganas de pasear por ellas.
La jugabilidad y su estructura sigue siendo M&B: un poco de rol, un poco de estrategia táctica, un poco de simulación. Empiezas siendo un don-nadie en una región en plena guerra civil. Aunque el tutorial y las primeras misiones te invitan a que rindas pleitesía a algún señor medieval, y que vayas escalando posiciones hasta ser tú el señor, tienes total libertad para emprender otros caminos. Puedes ser un mercenario, un mercader, un herrero… No he probado mucho estas divergencias, pero lo que he notado es que están más desarrolladas que en entregas anteriores. Ya no son un complemento; forman parte de la experiencia.
Otro aspecto que ha mejorado muchísimo es la introducción a este mundo siempre en movimiento, siempre con el territorio cambiante. Los tutoriales están más refinados, se explica mejor para qué sirve cada habilidad, es más intuitivo entrenar dichas habilidades… Eso no significa que Bannerlord sea un Mount & Blade casualizado. Simplemente ayuda a los recién llegados a llegar a las situaciones complejas que tanto gustan a los veteranos.
Una lección importante que debe aprender un novato es que él jamás llegará a ser el centro de este mundo, incluso cuando llegue a ser un señor medieval. Hay decenas de piezas importantes en este tablero, y todo lo que hagan puede afectarte. Es posible que una aldea que pertenecía a una facción al acabar la misión y regresar ahora pertenezca a otra. En este sentido, Mount & Blade II: Bannelord ha apostado más por esta filosofía; es genial realmente sentirte como una sola pieza de este puzle enorme.
Además de mejorar lo ya existente, Bannerlord añade novedades interesantes. Por ejemplo, la Influencia es un nuevo recurso para el politiqueo que te permitirá por ejemplo ayudar a tus aliados a que consigan buena parte del territorio que acaba de conquistar con otras facciones. Te ayudará a traicionar y a mover hilos. Pero cuidado porque como con todo en Mount & Blade, toda decisión tiene consecuencias. Un puñal por la espalda puede regresar cuando menos te lo esperes.
Hay mayor hincapié en formar una dinastía más que un imperio de usar y tirar. Tu personaje acabará muriendo o retirándose. Tardará en hacerlo, pero mientras tanto es importante conseguir la fidelidad de clanes, familias… y que empieces a sentar la cabeza. El sistema de matrimonio todavía está un poco verde, pero cuando acabe de consolidarse seguro que se convertirá en otra fuente de vicio inagotable.
Y luego están los asedios. Ah, los asedios. Podría vivir asediando al personal. Es un espectáculo acercarte a una fortaleza o castillo con cientos de soldados a tu alrededor. El momento del ataque es caótico; ya intentar ponerte al frente para golpear a los enemigos es todo un reto. No he encontrado nada similar en ningún otro juego de corte medieval.
Como ya he dicho anteriormente, Mount & Blade II: Bannerlord no es perfecto. Sus bugs no me preocupan demasiado porque casi cada día salen parches que los reducen. Pero un detalle que sí que perjudica la diversión es la IA. Esta es mejor que en Warband, sí, pero no con mucha diferencia. Después de tu táctica inicial, tus unidades vuelven a su modus operandi habitual: ir directos a pegarse con el personal. Me gustaría que este aspecto se mejorara para que la segunda mitad de una batalla fuera igual de compleja y variada que la primera.
Si no fuera por estos detalles, se podría decir que Bannerlord ya está completo. Y es que hacía tiempo que no veía un Acceso Temprano tan “Tardío”, por así decirlo. Si eres fan de la saga, te esperan más cientos de horas de jugabilidad conocida pero súper refinada. Y si no eres fan pero siempre te ha atraído los M&B, tienes muchas facilidades para que te adaptes enseguida y dejes pronto tu vida moderna para ponerte armadura y vivir toda una aventura medieval.