WhatsApp es una de las apps más utilizadas en el mundo. La app que hace años nos permitió dejar de depender de los costosos SMS (todavía existen) goza de una gran popularidad tanto en España como en Latinoamérica, donde los móviles Android son mayoría. Pero WhatsApp también tiene un gran problema: es un imán para los cibercriminales.
Cada vez son más los peligros a los que nos exponemos por el simple hecho de utilizar WhatsApp. Desde estafas y timos como el del “código enviado por error”, hasta la difusión de diferentes tipos de malware, ya sea simplemente para provocar algún daño en el dispositivo como para robar datos personales y contraseñas.
Hace poco, una investigación realizada por ESET, una compañía de ciberseguridad conocida por su antivirus: ESET NOD32, descubrió la presencia de un nuevo malware que está afectando a multitud de personas de diversos países de Latinoamérica. ¿Su fin? Infectar los dispositivos con el fin de robar contraseñas, realizar capturas de pantalla en apps como WhatsApp y sustraer otros datos que luego se enviarían a los cibercriminales.
El troyano, conocido como Agent Tesla, se propaga mediante correos electrónicos de tipo phishing, en los que los atacantes se hacen pasar por empresas de mensajería reales, incluso simulando los elementos que componen los correos electrónicos. En estos, al usuario se le dice que hay un problema con un envío y que debe descargar un archivo adjunto o entrar en un enlace. Si lo hacemos, el troyano infectará nuestro dispositivo.
Una vez el troyano se encuentre en el dispositivo de la víctima, este podrá realizar capturas de pantalla de todas las conversaciones que realices en WhatsApp (en busca de contraseñas y datos personales), guardar las pulsaciones que hagas en el teclado, robar contraseñas de los navegadores o incluso obtener información del dispositivo de la víctima.
Como siempre ocurre en casos de scam y phishing, para evitar que tu dispositivo se infecte con malware deberás revisar la dirección del remitente. La inmensa mayoría de los correos electrónicos maliciosos presentan direcciones con dominios extraños que, o bien no se corresponden con la empresa que suplantan, o sencillamente son una serie de números y letras aleatorios.
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