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Análisis de la trilogía Vader Immortal: Ven por la experiencia cinematográfica en VR, quédate por su complejo Dojo Jedi

Análisis de la trilogía Vader Immortal: Ven por la experiencia cinematográfica en VR, quédate por su complejo Dojo Jedi
Daniel Caceres

Daniel Caceres

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La trilogía Vader Immortal de Oculus es lo más parecido a experimentar una versión extrema de las atracciones de elevado presupuesto de los parques Disney o Universal. O eso es lo que parece a primera vista. Porque detrás de su atracción principal en Realidad Virtual se esconde otro modo de juego menos espectacular pero más largo, complejo y sorprendentemente enriquecedor. Pero empecemos con Vader, no sea que se nos enfade.

Los tres episodios de Vader Immortal cuentan una historia lineal y cinematográfica que canónicamente tiene lugar entre La Venganza de los Sith y Una Nueva Esperanza. Encarnarás a un contrabandista que se ve atrapado por el Imperio y forzado a ir al castillo-fortaleza de Vader en Mustafar. Vader quiere acceder a cierto artefacto de ese planeta, y para ello necesita a un descendiente de la creadora de dicho artefacto. Lo has adivinado: acabas siendo ese descendiente. La buena noticia es que Vader te instruirá para convertirte en un Jedi con habilidades suficientes para cumplir la misión La mala noticia es que acabas de convertirte en discípulo del mentor más peligroso de la galaxia.

El guion y la estructura de esta trilogía están tan cuidados como cualquier otro producto oficial de Star Wars. Detrás de su historia tenemos a David S. Goyer, guionista de la trilogía de Batman de Nolan o de la reciente Terminator: Dark Fate. Lo que se cuenta en Immortal no es baladí; hay revelaciones importantes que están conectadas con ciertos acontecimientos que han tenido lugar hace poco en los cómics. Digamos que descubrimos que Vader no decidió tener su fortaleza en un planeta de lava por simple masoquismo.

Como experiencia, Vader Immortal es como vivir tu propia película Star Wars. Son 90 minutos en total de aventura ininterrumpida. Harás todo lo que imaginas cuando piensas en un juego VR de Star Wars, y mucho más. Es fascinante la variedad de actividades pese a las limitaciones impuestas por el tipo de juego que es Vader Immortal.

Su principal diferencia con respecto otras experiencias similares (el más reciente sería la atracción Smugglers Run de Disneyland) es que se trata de una aventura personal. Eres el protagonista de esta versión condensada de todo lo que hace grande el universo Star Wars: el melodrama, los duelos al estilo western, los monstruos, los acompañantes droides con sus comentarios ingeniosos, las profecías, la Fuerza… Los personajes se dirigen a ti cuando hablan. Te amenazan a ti. Tratan de matarte a ti. No tardas en meterte en la trama gracias a ello y a sentir triunfo, miedo, ira…

Un acierto con respecto a otros juegos similares es que Vader Immortal avanza siempre la trama independientemente de si el jugador ha hecho lo que se esperaba. Si los enemigos te están zurrando de lo lindo, no morirás o tendrás que volver a empezar la sección. El mayor castigo son destellos rojos, indicando que te han herido, y quizás algún comentario despectivo del personaje que te acompañe (y que posiblemente se encargue de los malos). Si fallas entrenando con Vader, este se mofará de ti y seguiréis avanzando.

Esta decisión es acertada porque Vader Immortal pretende ser una película interactiva. Otros juegos similares que se empeñan en recordar que no se han seguido las reglas lo único que consiguen es frustrar a los jugadores más casuales. Se pierde el ritmo, se rompe la magia que te había logrado convencer de que eres el héroe, el Elegido. Si un jugador quiere retos más difíciles y rejugables, para eso está el Dojo, un modo no-tan-extra-como-parece del que hablaré en nada.

Los momentos más flojos de Vader Immortal los encontramos en su clímax, en el Episodio 3. Su parte central es apoteósica. Tienes desbloqueados tus Poderes Jedi y además puedes arrebatarle los blasters y las granadas a los enemigos, dando lugar a un sinfín de combinaciones improvisadas. El enfrentamiento contra el segundo de a bordo de Vader también es genial. Las caídas de tensión están al principio y tristemente al final.

Sin destripar demasiado, el inicio del Episodio 3 introduce una mecánica que promete, que te hace imaginar posibles situaciones en las que te irá de perlas en la batalla final. Pero entonces un personaje secundario te da una metafórica palmada en la espalda y te dice que a partir de ese momento ya se encarga él de esta función. No la vuelves a utilizar. Te quedas con la miel en los labios. Y en cuanto al final… A ver, ya se veía venir que te ibas a enfrentar cara a cara contra Vader. Y es un enfrentamiento demasiado corto que en mi caso al menos no colmó expectativas.

Pero ese chasco desaparece enseguida porque que una vez has terminado los Episodios de Vader Immortal, llega el juego de verdad: el Dojo de Entrenamiento. Cada Episodio tiene su propio Dojo, con 40-50 pruebas que tienen lugar en una zona de pruebas en donde no puedes moverte más allá de girarte. Empiezas enfrentándote a los droides-orbe que vimos en Una Nueva Esperanza, y puedes acabar enfrentándote a 3 robots a la vez.

Admito que mi primera visita al Dojo del Episodio I fue en plan “a ver qué tal este modo creado seguramente deprisa y corriendo a última hora”. A la tercera visita, reconozco que traté de superar algunas pruebas en plan Jedi; con los ojos cerrados y dejándome guiar por los sonidos. Cada uno tiene sus cosas.

Si dedicas un mínimo de tiempo al Dojo, empiezas a ver la Campaña como una introducción para este modo. Y es que todas las funciones presentadas fugazmente en cada Episodio son desarrolladas a fondo en el Dojo. En el Episodio 1, saldrás de este modo convertido en un maestro del Sable de Luz. En el Episodio 2, controlarás tus habilidades de la Fuerza recién adquiridas. Y en el Episodio 3 subirás de nivel y te convertirás en Maestro Jedi; usarás la Fuerza en pruebas con más variedad de enemigos, donde además aprenderás a improvisar con el blaster, lanzando un enemigo contra los demás…

No te dejes engañar por la “simpleza” del primer Dojo. El segundo multiplica las posibilidades. Por ejemplo, puedes usar la Fuerza para activar trampas que te ayuden a eliminar enemigos… siempre y cuando lo hagas en el momento adecuado. Además, tienes un movimiento que lo cambia todo y que no se presentó en los Episodios: lanzar el sable de luz y hacer que vuelta a ti. Es genial dominarlo de forma que a la vuelta se cargue más enemigos que a la ida.

El tercer Dojo es el más caótico, pero es el que más escenas chulas al estilo Star Wars te permite generar. Usas la Fuerza para lanzar un droide volador a un grupo de Stormtroopers. Recoges el blaster que ha lanzado uno de ellos con la explosión y lo usas para retener al grupo que se encuentra al otro lado mientras bloqueas y desvías los láseres que te envía el resto de droides. Y eso solo en las primeras rondas. El resultado es un cruce entre Star Wars y Superhot.

Mientras que la historia de Vader Immortal dura 90 minutos, cada Dojo te puede costar entre 5 y 15 horas, dependiendo de si quieres obtener todos los medallones opcionales o no. Gracias a ellos, cada Episodio es más completo que si solo hubiéramos tenido la atracción principal. Asimismo, mientras que Vader Immortal me hizo sentir como el héroe, la progresión de los Dojo me hizo sentir como un auténtico aprendiz de Jedi… o de Sith.

Acabé el Episodio 3 con ganas de más. Quiero más aventuras, más traiciones, más batallas, más monstruos, más robots. La buena noticia es que la fórmula ganadora ya está ahí; nada nos impide tener cada año una trilogía de juegos que incluyan una atracción inmersiva de 30-60 minutos, acompañada de un divertimento más profundo para los que quieren algo más tradicional. Dudo que Vader quiera volver a entrenarnos después de lo ocurrido, pero aún quedan elementos de la saga por exprimir. ¿Qué tal si pudiéramos retirarnos un rato con Luke “amargao” Skywalker? ¿O meternos en líos con Han Solo en sus años mozos? Las posibilidades son demasiado jugosas e ilimitadas como para perdérnoslas.

Vader Immortal está disponible para Oculus Rift y Oculus Quest en formato episódico; tres juegos/Episodios a 7,99€ cada uno.

Daniel Caceres

Daniel Caceres

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