Publicidad

Noticias

Análisis de Minabo: un fantástico videojuego Made in Spain que te hará reflexionar sobre la vida misma

Te detallamos las maravillas que esconde Minabo.

Análisis de Minabo: un fantástico videojuego Made in Spain que te hará reflexionar sobre la vida misma
Pedro Domínguez

Pedro Domínguez

  • Actualizado:

Minabo es una de esas bonitas historias del mundo de los videojuegos en las que una buena campaña de marketing acaba aportando una enorme visibilidad a un título indie. En la industria de los videojuegos actual, decenas e incluso cientos de títulos salen cada día al mercado, y destacar siendo un pequeño videojuego indie no es tarea fácil.

Minabo - A walk through life JUGAR

El estudio valenciano DevilishGames, con más de 20 años de experiencia a sus espaldas, encontró una sencilla forma de hacer que su próximo juego, Minabo, estuviese en boca de todos. ¿Cómo? Haciendo exactamente lo mismo que acaba de hacer el autor de estas líneas: jugando con los dobles sentidos (lo que nos gustan las coñas).

Con frases como “con ganas de que juguéis con Minabo” o “todas las cosas que podéis hacer con Minabo”, tanto DevilishGames como David Ferriz, fundador del estudio, consiguieron que miles de tuiteros hispanohablantes con “mucha guasa” viralizaran el videojuego meses antes de su salida. Streamers, webs de videojuegos, gamers e incluso gente que apenas juega a videojuegos se hicieron eco. Todo el mundo hablaba de Minabo.

Meses después, Minabo ha salido y todos han podido probarlo. Sí, Softonic también. Hemos tenido la oportunidad de jugar a este llamativo videojuego indie gracias a la buena gente de ICO Partners y esto es lo que nos ha parecido.

La vida no es una lenteja, es un nabo

Sí, las (maravillosas) bromas sobre Minabo están muy bien, pero seguramente te estarás preguntando: ¿de qué va exactamente este juego? Minabo es un simulador de vida de desplazamiento lateral en el que iremos avanzando con nuestro personaje, un nabo recién nacido, a lo largo de un trayecto que representa su propia vida.

En pocos minutos, pasaremos de gatear a dar nuestros primeros pasos, mientras conocemos a todo tipo de nabos con los que podremos construir nuestro círculo social. De forma similar a nuestras propias vidas, en Minabo tendremos 3 necesidades básicas: contacto físico, intimidad y pertenencia. Dichas necesidades marcarán el estado de ánimo de los nabos, influyendo en su personalidad, así como en su propia esperanza de vida.

Porque, sí, este es un juego que va sobre la vida y, como tal, los personajes mueren llegado el momento (y no todos morirán por vejez). Cuanto más joven sea el nabo (incluyendo nuestro personaje), su vitalidad máxima será mayor, pero, a medida que crecemos, la muerte estará cada vez más cerca y deberemos tener muy en cuenta nuestras necesidades si no queremos morir precipitadamente.

Para que esto suceda más tarde que pronto, tendremos que interactuar constantemente con el resto de los nabos de nuestro entorno, incluyendo a nuestros padres, nuestros hermanos, desconocidos e incluso mascotas-nabo (sí, la mascota de la foto se llama Mistetas). Mientras que la relación con nuestra familia no cambiará (en principio…), las relaciones con otros nabos evolucionarán dependiendo de cuánto nos impliquemos.

Pasaremos de desconocidos a conocidos, luego a amigos, más tarde a mejores amigos, más adelante a romances y, si la cosa va hasta el final, podremos tener pareja y criar a nuestros propios retoños, perpetuando así el ciclo de la vida.

El sistema de relaciones sociales es muy sencillo: puedes interactuar con otros nabos para tratar de subir (mutuamente) una necesidad básica, pero el éxito de la acción dependerá de una probabilidad que nos marcará visualmente el juego. Si la acción va bien, ambos nabos subirán un poco su medidor, pero, si la acción fracasa, bajará en ambos.

Cuando iniciemos el juego por primera vez, se nos presentarán dos modos de juego: por un lado, están las misiones, una serie de niveles con diferentes objetivos que servirán al principio como tutoriales, añadiendo poco a poco nuevas mecánicas y subiendo gradualmente la dificultad. Por otro lado, una vez hayamos terminado las primeras 5 misiones desbloquearemos la vida libre, con la que podremos vivir nuestras experiencias libremente, sin ningún objetivo más allá de… bueno, ya sabes, vivir.

Pero, al igual que en la vida misma, en Minabo se nos plantearán decisiones. Mientras caminemos en el sendero de nuestras vidas, encontraremos diversos objetos con los que podremos aumentar o disminuir la vida de cualquier nabo (incluyendo nuestro personaje) o incluso acabar con la vida de uno. Las decisiones no serán fáciles en muchas ocasiones, pero eso es algo a lo que ya estaremos acostumbrados en nuestras propias vidas, ¿no es así?

A lo largo del camino también nos encontraremos con nabos que vestirán unos sombreros muy llamativos. Cada uno de ellos aporta un efecto diferente, como una corona que nos da la posibilidad de emparejarnos con nuestros propios hermanos (las tradiciones de las monarquías, ya sabes), y deberemos ganarlos en un juego de piedra, papel o tijeras (esto les gustará a los fans de Alex Kidd).

Para rizar el rizo de Minabo (esta broma estaba “a huevo”), habrá ciertos “enemigos” que nos harán la vida algo más difícil. En nuestras aventuras a lo largo de la vida, tendremos que caminar (vivir, vaya) sin mucha pausa, con el fin de evitar a las polillas, a una madre topo llamada Topota (Topota madre, en efecto) e incluso a la propia naturaleza, que nos soltará algún rayo que otro con funestas consecuencias.

Todos estos elementos se combinan mediante un apartado artístico muy cuco y colorido (las nubes tienen caritas y eso le da calorcito a mi corazón) y una música maravillosa que irá cambiando según tu nabo crezca.

Un simulador de (la) vida que va al grano

La verdadera magia de los juegos indie es que podemos ver cosas muy diferentes a las que vemos comúnmente en títulos de grandes presupuestos, y Minabo hace gala de esta particularidad que tanto se agradece.

Para empezar, es un juego que cada persona apreciará de forma diferente. Sí, es algo obvio: la experiencia de cada persona es diferente a la hora de jugar, pero Minabo explora esta sensación desde un punto de vista mucho más… personal.

Cada viaje que emprendamos será totalmente diferente y, con ello, las vivencias que tendremos. Mientras que en algunas vidas seremos más sociables con la gente que nos rodea, en otras nos importarán más nuestras mascotas. En unos casos, nuestra familia será monoparental, pero en otras vidas seremos familia numerosa (afectando a la cantidad de nabos con los que podremos relacionarnos).

Minabo sabe transmitir a la perfección un concepto muy real: la vida pasa muy rápido. Un día eres un pequeño retoño que hace sus primeras amistades y, cuando te das cuenta, eres ya un nabo con muchos años a su espalda que tiene pareja e hijos. No es el caso particular de quien escribe estas líneas, pero eso no ha evitado que soltara una lagrimilla escribiendo este párrafo.

Sí, la vida puede ser complicada, pero merece la pena vivirla. Algunas partidas de Minabo serán difíciles por las circunstancias que nos tocará superar, pero viviremos experiencias muy variopintas que nos sacarán muchas sonrisas y que incluso nos harán pensar en el camino que nosotros mismos recorremos en la vida real.

Prueba Minabo.

Minabo - A walk through life JUGAR

Algunos de los enlaces añadidos en el artículo forman parte de campañas de afiliación y pueden representar beneficios para Softonic.

Pedro Domínguez

Pedro Domínguez

Publicista y productor audiovisual enamorado de las redes sociales. Invierto más tiempo pensando en qué videojuegos jugaré que jugando.

Lo último de Pedro Domínguez

Directrices editoriales