La historia de Ana de Armas es una de esas que, como españoles, nos cuesta creernos. Igual que nos ocurrió con Antonio Banderas, Penélope Cruz o Javier Bardem, aún nos cuesta imaginar que el talento exportado de aquí (o, bueno, en este caso de Cuba) se proyecte a lo más alto de Hollywood. Sin embargo, estamos ante la última prueba de que contamos con una escuela más que digna en nuestro país.
Ana de Armas podría ganar el Oscar a Mejor Actriz en la ceremonia de 2023. Y lo puede hacer con un papel nada desdeñable: por ser ni más ni menos que Marilyn Monroe en la película exclusiva de Netflix Blonde, dirigida por Andrew Dominik. El filme ha sido criticado por su visión oscura sobre la estrella, pero todos están de acuerdo en algo: el papel de Ana de Armas es deslumbrante.
Solo queda esperar para ver si supera a sus dos grandes competidoras en su categoría: Cate Blanchett —que ya cuenta con dos galardones— y Michelle Yeoh, cuya interpretación en Todo a la vez en todas partes es digna de admirar. Sin embargo, Ana de Armas sigue siendo una de las favoritas, y no es de extrañar.
De vivir en la pobreza a ser nominada al Oscar
Ana de Armas nació en 1988 como la menor de tres hermanos en Santa Cruz del Norte, Cuba. A pesar de lo que pudiera parecer, su familia era humilde: su padre trabajaba como profesor y su madre era contable. Sin embargo, desde muy joven, la actriz mostró un gran interés por las artes escénicas, y su familia la apoyó todo lo que pudo.
De Armas se inscribió en una escuela de teatro en su ciudad natal. Y, a los 14 años, decidió que quería ser actriz y comenzó a tomar clases de actuación. Pero Cuba se le quedaba pequeña para alguien que quería llegar lo más lejos posible, así que en 2022 se mudó a Madrid, España, para continuar con su formación. La actriz ha explicado en más de una ocasión que su familia tuvo que vender su casa en Cuba para poder financiar su educación en España. Un esfuerzo que, como hemos visto, mereció la pena.

En cuanto llegó a Madrid, comenzó a trabajar para ganar dinero como modelo, además de hacer audiciones constantes para televisión y cine. Pero cuando todo el mundo la conoció es cuando la ficharon en Globomedia para interpretar a Carol en El Internado, serie de Antena 3 en la que destacó desde el primer momento.
A pesar de que la serie no fuera el culmen de la calidad, De Armas ganó un premio Ondas en 2008 por su papel. Y poco a poco fue fichada para hacer películas como Una rosa de Francia, Mentiras y gordas o El callejón. Pero sus años en España, de nuevo, se le quedaron cortos. Y en 2014 se decidió a mudarse a Los Ángeles para continuar con su carrera en Hollywood.

Rápidamente, las oportunidades surgieron para la cubana. En 2014 debutó en Hollywood en la película Corazones de acero, dirigida por David Ayer y protagonizada por Brad Pitt y Shia LaBeouf. Curiosamente, De Armas interpretó a una joven alemana llamada Emma, quien ayuda a un grupo de soldados estadounidenses en el final de la Segunda Guerra Mundial.
Su actuación en Corazones de acero llamó la atención de los críticos de cine y los directores de casting de Hollywood. En 2015, De Armas fue elegida para interpretar a Julia, la esposa del personaje de Keanu Reeves en Knock Knock, que se estrenó en el Festival de Cine de Sundance en 2015.
En 2016, la actriz protagonizó Hands of Stone, una película biográfica sobre el boxeador panameño Roberto Durán. Y en 2017 llegó otro de los papeles de su vida: Blade Runner 2049, de Denis Villenueve. Su sublime y mística interpretación volvió a abrirle muchas puertas y la colocó en el radar de Hollywood.

Fue en 2019, cuando Rian Johnson la escogió como protagonista de Puñales por la espalda, cuando dio el último gran paso que le quedaba, más allá de su incorporación en la última de James Bond. Y mientras tenía una relación corta pero intensa con Ben Affleck, continuó dejando claro que es una gran actriz con un futuro impresionante por delante.
Blonde ha sido el culmen de una carrera que partió de lo más bajo y ha llegado, sin duda a lo más alto. Importa poco si gana o no, ya es la nueva Marilyn Monroe de Hollywood, y eso solo puede decirlo ella.
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