San Valentín es una época de amor, esperanza y sueños compartidos. Un día para celebrar con tu pareja y creer en el que un futuro juntos es posible. O al menos así nos lo quieren hacer creer las marcas. Pero también es el día del despecho, de los problemas maritales y la soledad para aquellos a quienes no le van tan bien en el amor. Y este año, Internet Explorer pertenece a este último grupo.
En pleno auge de la Inteligencia Artificial y de reinversiones, Microsoft ha decidido acabar en esta fecha tan señalada con Internet Explorer. Así es, la compañía de Bill Gates (que adelanta por bastante a Google) ha decidido dejar atrás su explorador original, dando paso a uno nuevo que quiere competir de tú a tú contra Google Chrome: Microsoft Edge.
A partir del 14 de febrero, no se podrá utilizar el navegador en dispositivos Windows 10. Esto es algo que a la mayoría de mortales que ya no usamos el explorador no nos debe perturbar, pero que puede generar un gran caos en muchas empresas que no han actualizado sus sistemas informáticos desde hace años. Y no son pocas.

Una muerte anunciada
Realmente, Internet Explorer ya dejó de recibir mantenimiento el 30 de noviembre de 2021, por lo que ahora simplemente será la muerte final de un letargo que se ha alargado en el tiempo. Ahora, tras año y medio, se cerrará definitivamente el sistema.
Una vez se actualice el sistema, Internet Explorer no estará operativo. La única forma de volver a utilizarlo sería revirtiendo la actualización o bloqueándola. Pero tampoco hay nada que temer: todos los accesos directos al programa se abrirán en Microsoft Edge, y el historial se cambiará a este nuevo sistema, por lo que simplemente será un cambio a mejor.
Sea como sea, desde que se convirtió en un meme por su lentitud y su desfase frente a navegadores como Mozilla Firefox, Internet Explorer fue agonizando hasta llegar al día de hoy. Por eso, no queda más que despedirnos del sistema y recordar con nostalgia nuestros momentos frente a él.